Campo de Marte
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Hoy he subido a Fotografías con mucha edición una foto que hice desde las alturas de la Torre Eiffel el verano del año pasado. La subida a la Torre Eiffel fue una aventura para no olvidar, os la contaré.
Yo voy siempre con los viajes al extranjero muy organizados y con las entradas sacadas con antelación, no me gustan las sorpresas. Miento, si son agradables si me gustan, pero si son poco agradables me ponen mal cuerpo. En fin ese día teníamos planificado la visita a la Torre Eiffel, si no lo hubiera tenido "planificado", evidentemente, no la hubiéramos hecho.
El día, para ser lo que estoy acostumbrado en julio donde yo vivo, era lluvioso y con un pelín de frío. Nos levantamos sobre las nueve, en un pequeño apartamento que habíamos alquilado muy cerca del Louvre, y desayunamos los dulces que compramos el día anterior con poquito de leche, cada uno se la aliñó a su antojo. Desayunamos bien. Por precaución, y antes de salir de Málaga, decidimos llevar dos paraguas. Había visto las previsiones meteorológicas para Paris en mi aplicación de móvil para el tiempo y las previsiones para Paris no eran muy optimistas de buen tiempo. Decidimos el viaje para finales de julio esperando pasar calor, y nos encontramos lo contrario. El día fue puntualmente lluvioso, por suerte; quiero decir que sólo llovió a ratos, que no fue un día mojado, pero cuando llovió nos jorobo mucho. Bueno que me lío. Por suerte, cuando salimos del apartamento estaban cayendo unas gotillas y nos llevamos los paraguas. Nos fuimos a la zona de la Torre Eiffel en un autobús de turistas que teníamos contratado para ver el centro de Paris, y nos acerco a la zona. La subida la teníamos contratada para las tres y media de la tarde. Cuando las compré pensé que íbamos a morirnos de calor, pero al final fue todo lo contrario. Antes de la subida nos dimos una vuelta por los alrededores y comimos al lado de la Torre Eiffel en una zona al lado del Sena que había puestos de infinidad de tipos de comidas. La verdad comimos muy bien y a buen precio, Me lo espera más caro.
Después de comer, sobre las tres de la tarde, nos fuimos a hacer la cola para poder entrar en l Torre Eiffel. Comenzó a chispear, menos mal que llevábamos los paraguas. Por suerte, comenzó a diluviar cuando entramos en la Torre Eiffel y comenzó a formarse una neblina inmensa, hacía un poco de frío para ir en manga corta como iba yo, pero... Cuando nos tocó el turno, entramos en la cabina, donde el vidrio empañado impedía ver el paisaje con detalle. Sin embargo, podíamos percibir la vibrante sensación de la ciudad de París bajo el aguacero. Mientras ascendía, el ascensor vibraba ligeramente y el sonido de las gotas golpeando la estructura metálica se unía al susurro de las voces de los demás turistas. Observé cómo las gotas de agua caían sobre los cristales, formando riachuelos que se deslizaban hacia abajo como pequeños ríos, haciendo que las vistas de la ciudad parecieran más difusas y misteriosas. Yo creo que llegamos en el peor momento del día, llovía a mares y las vistas desde arriba, con la neblina formada, era muy deficiente. Pero la visión de París bajo el agua, con sus tejados mojados y sus calles brillando como espejos, tenía una magia especial. A lo lejos, el Sena serpenteaba como un río plateado, y el reflejo de las luces de los puentes era como una pintura de acuarela en movimiento. Un momento, después de ver la habitación donde estaba Eiffel, y el ambiente se había despejado de neblina aproveché para coger mi móvil, abrir la aplicación de cámara fotográfica, enfocar al Campo de Marte y dar al icono de toma de fotos, y click...; y después de una edición en formato de pintura me salió la presente edición: "Campo de Marte". Espero que os guste...
Bye, bye my friends,
nandoLARA