Santuario de Bom Jesus do Monte, Braga

24.11.2024

   Buenos días, buenas tardes o buenas noches, hoy he publicado una foto en la sección de Fotografía con edición ligera titulada "Santuario de Bom Jesus do Monte, Braga ". He decidido publicar una narración que llevaba tiempo mascullando tranquilamente sobre el viaje que hicimos este verano al norte de Portugal y sobre esta fotografía. Espero que os guste.

   "Este año decidimos hacer las vacaciones de verano en un lugar más fresco que nuestra querida Málaga. Nuestro viaje fue al norte de Portugal, hacia la región en la desembocadura del río Miño en Moledo, estuvo lleno de momentos inolvidables y descubrimientos que nos conectaron profundamente con la historia, la cultura y la belleza natural de este rincón del país. Cada día nos trajo nuevas experiencias, pero uno de los más memorables, por lo menos para mí, fue nuestra visita a la ciudad de Braga y al santuario de Bom Jesus do Monte.

   Desde el primer momento, Braga nos cautivó con su atmósfera vibrante y su rica historia. Es conocida como una de las ciudades más antiguas de Portugal y uno de los centros religiosos más importantes del país, apodada incluso como la "Roma de Portugal". Contratamos un paseo guiado para conocer en profundidad su legado, y no nos arrepentimos. Incluso la guía cogió a mi hijo Héctor para que indicara con un bastón lo que estaba comentando. A medida que caminábamos por sus calles adoquinadas y plazas llenas de vida, la guía nos relataba fascinantes historias sobre los orígenes romanos de la ciudad, su florecimiento durante la época medieval y su esplendor barroco.

   La Catedral de Braga, la más antigua de Portugal, fue una de las paradas más destacadas de nuestro recorrido. Su imponente fachada nos dejaron impresionados, y nos hizo reflexionar sobre cómo la fe y el arte han moldeado la identidad de la región. Pero no fue solo la arquitectura lo que nos encantó. La ciudad está llena de pequeños detalles: callejones tranquilos, balcones adornados con flores y plazas donde la vida cotidiana transcurre con calma.

   Tras el paseo, nos detuvimos a almorzar en un restaurante local recomendado por nuestra divina consulta por internet en el móvil, mi consulta fue: comer bueno, bonito, barato en Braga. La cocina portuguesa, conocida por sus sabores ricos y su sencillez sofisticada, nos deleitó con un banquete que difícilmente olvidaremos. Probamos bacalao preparado de manera tradicional, acompañado de vinos locales, por lo menos yo, mis hijos y mi mujer agua y refrescos de cola. Fue una comida que no solo nos llenó el estómago, sino que también nos permitió sentirnos más conectados con la cultura de la región.

   Con el espíritu renovado, por la tarde nos dirigimos a las afueras de la ciudad para visitar el santuario de Bom Jesús do Monte, un lugar que habíamos visto en fotografías y que nos había recomendado nuestra guía de la mañana. El santuario, ubicado en lo alto de una colina, es un lugar emblemático no solo por su importancia religiosa, sino también por su extraordinaria arquitectura y las vistas panorámicas que ofrece. Subimos mediante un coqueto elevador o ascensor inclinado y bajamos por las famosas escaleras barrocas, que son una de las principales atracciones del lugar.

   Las escaleras, con su diseño simétrico y zigzagueante, son una obra maestra en sí mismas. Cada tramo está decorado con fuentes, estatuas y símbolos religiosos que narran historias espirituales mientras ascendemos. La subida fue en poco tiempo y descansados, y la baja fue un desafío de caminar eternamente por las escaleras pero en bajada; había gente que subía. Al llegar a la cima, la vista fue sencillamente espectacular: un panorama que abarcaba la ciudad de Braga y los paisajes verdes que la rodean.

   No podía irme sin capturar ese momento en una fotografía. Así que desde un punto estratégico, cogí mi móvil OPPO FIND X5, lo puse en la aplicación de cámara, enfoqué, cliqueé el icono de toma de fotografía y tomé una imagen que reflejaba la grandiosidad de las escaleras de Bom Jesús do Monte, rodeadas de la vegetación exuberante que parece abrazarlas. Fue una escena que condensó toda la magia del lugar: la armonía entre la arquitectura y la naturaleza, y la sensación de estar en un sitio sagrado que ha sido testigo del paso de los siglos.

   El día terminó con una sensación de satisfacción y plenitud. Braga y Bom Jesús do Monte no solo nos ofrecieron paisajes y monumentos espectaculares, sino también una experiencia profunda de conexión con la historia, el arte y la espiritualidad de esta región. Mientras regresábamos a Toledo, pensé en cómo estas visitas habían enriquecido nuestro viaje, dejándonos no solo con recuerdos imborrables, sino también con una nueva admiración por este rincón único del norte de Portugal."

   Espero que os haya gustado tanto la fotografía como mi forma de contar la experiencia.

   Bye, bye my friends,

                                      nandoLARA